Francia es un país muy garantista en lo que se refiere a los derechos de los trabajadores. Por ello no es de extrañar que las visitas de las inspecciones de trabajo sean algo muy frecuente.
Cuando un contrato de trabajo finaliza, ya sea por decisión del empleador (despido) o por iniciativa del propio trabajador (renuncia) hay que tener en cuenta varios aspectos, entre ellos el finiquito y su tributación.
Las empresas españolas que desplazan trabajadores a Francia deben prestar especial atención a la jornada de trabajo ya que la normativa en Francia es complicada y su incumplimiento puede acarrea importantes sanciones.
La idea de la reforma laboral en Francia es dotar de seguridad y previsibilidad al despido. Una de las ventajas de esta reforma es su simplicidad, al establecer un solo criterio de indemnización: la antigüedad. El mínimo hoy en día está fijado a tres meses de salario.